De Rusia con amor y vodka
Mis viejos llevan ya 46 años de casados, estos vasos fueron un regalo de mi mamá a mi papá, estando de novios, asi que calculo que deben tener unos años más, digamos que llegan a 50, los compró mi mamá en el viejo bazar inglés, hoy ya desaparecido.
De mi papá heredé varias cosas, el gusto por la vodka es una de ellas, el gusto por algunos compositores rusos (Tchaikovsky, Rachmaninov y Prokofiev), pero mas que nada el primero, quizás por la historia familiar de que papá siendo un adolescente fue al programa de Gillette pregunta y concurso sobre tchaikovsky, y.. ganó.
Pero todo eso es parte de las historias de la familia, no cualquiera tiene un padre «famoso» en la era anterior a las redes sociales, a internet, casi que no había televisión en todas las casas.
Y cómo las cosas se heredan, algunas en vida, hace un tiempo mamá y papá me dijeron que las copas esas de Vodka rusas, las heredaba yo, porque compartía el gusto por esa bebida, al igual que mi papá.
Busque por internet, y quizás busque mal, porque no encontré nada, nada que hablase de unas copas con pinta de tubo de ensayo.
Si ya se que mas de uno dirá que no se toma en frascos, y yo también digo lo mismo, pero estas copas tienen historia, antes de costumbres de tomar en frascos y macetas, antes que internet, antes que todo.
En la prehistoria de mi vida, cuando yo no era más que un proyecto lejano, en medio de un noviazgo de varios años, mi mamá hizo un regalo y yo hoy lo heredó, y que mejor que abrir esa vodka rusa, de fondo el Concierto para violín en re mayor, Op. 35, a la salud del gran Piotr, como diría un ruso cualquiera Tvoió zdorovie! (a tu salud!).
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