Para las albóndigas
400 gr. de carne de cerdo picada
1 huevo
2 dientes de ajo
1 ramita de perejil
Sal y pimienta negra molida
Pan rallado, el que necesitemos
Harina suficiente para enharinar las albóndigas
Para la salsa:
1 cebolla mediana
250 ml. de vino blanco
Sal y pimienta negra en grano
50 ml. de aceite de oliva virgen extra para freír las albóndigas y
Colocar la carne de cerdo en un bol amplio que nos permita remover bien. Salpimentar al gusto.
Lavar y picar finamente el perejil. Pelar y picar los dientes de ajo. Añadir ajo y perejil a la carne.
Añadir, también, el huevo batido y remover bien para que se mezclen todos los ingredientes.
Añadir, una a una, cucharadas de pan rallado. Remover bien y añadir una cucharada adicional. Suelen ser necesarias 2 ó 3 cucharadas.
Formar las bolas de carne para ello nos enharinar bien las manos, ir tomando peñizcos de carne y dar forma.
Pasar por harina.
En una olla, cubrir el fondo generosamente de aceite de oliva y vamos friendo las albóndigas, reservándolas en una bandeja.
Preparación de la salsa:
Picar la cebolla en brunoise y freír en el aceite restante de las albóndigas. Este aceite tiene restos de la harina de las albóndigas, ello contribuye a una salsa de textura espesa característica y muy rica. Es importante que al freír las albóndigas, la temperatura del aceite no sea excesivamente alta para que no se quede la harina. Ponemos un poco de sal y unos granos de pimienta negra.
Añadir las albóndigas, rehogar y agregar el vino blanco. Cocer un par de minutos y cubrir las albóndigas con agua.
Cocer a fuego lento durante 20 minutos.
